Paisajes que deberías conocer


 



El Salar de Uyuni, Bolivia

El mayor desierto de sal del planeta -con unos 10.600 kilómetros cuadrados- se encuentra a más de 3600 metros sobre el nivel del mar. Esto hace que esta sábana blanca sin fin que es el Salar de Uyuni se llegue a confundir con el cielo en el lejano horizonte.
Rodeado por una corona de montañas, la fina capa de agua que cubre parte de su superficie produce bellos reflejos de nubes, picos, y algún que otro espejismo, como en cualquier desierto que se precie. El mejor momento para visitar el Salar de Uyuni es noviembre, mes de cría de las tres especies de elegantes flamencos que habitan cerca de las múltiples lagunas del lugar. Tampoco dejes de visitar la isla del Pescado, con sus cactus de hasta 10 metros de altura y atardeceres de colores imposibles.


Oasis de Huacachina, Perú

Cerca de la costa sur de Perú, y a tan sólo 5 kilómetros de la ciudad de Ica, se encuentra una laguna de color esmeralda que ha aflorado del subsuelo del desierto costero del Pacífico. Es el Oasis de Huacachina. Alrededor de él han crecido palmeras y eucaliptos al mismo ritmo que alojamientos para acoger a los muchos viajeros que pasan por aquí.
Una de las mayores atracciones del oasis de Huacachina, el sandboarding, no surge del agua sino del desierto. Tráete tu tabla al hombro y prepárate para descender las dunas a toda velocidad.






Cuevas de Waitomo, Nueva Zelanda

Las Cuevas de Waitomo son uno de los innumerables atractivos naturales de la Isla Norte del que, según el famoso director de cine Peter Jackson, es el país más bello de la Tierra. Este sistema de cuevas interconectadas tiene la extraña particularidad de estar habitado por una especie de insectos de la familia de las luciérnagas –llamados glow worms- que sólo habitan en Nueva Zelanda y Australia.
Intérnate en una de las cuevas con el agua por las rodillas, apaga la luz de tu casco y mira al techo. El espectáculo de ver cientos de pequeñas luces azules y verdes sobre ti, como si se tratara de una noche estrellada al aire libre, no tiene precio.



Cataratas de Iguazú, Argentina y Brasil

En el caso de este escenario cinematográfico de la sublime película _La Misión, _como suele pasar, la realidad supera a la ficción. El portento de la naturaleza que son las Cataratas de Iguazú está en la lista de las 7 Maravillas Naturales del Mundo por derecho propio. Quédate hipnotizado por la potente caída del agua en la Garganta del Diablo. Descubre hasta más de 250 saltos de agua caminando por pasarelas sobre el río Iguazú, surcando las aguas a bordo de lanchas o canoas, o adentrándote en la jungla como los antiguos guaraníes.




The Pinnacles, Australia

Con vastos territorios prácticamente despoblados y vírgenes, Australia es un país que no dejará de sorprenderte sensitivamente. Aunque la gran roca de Uluru es su atractivo más conocido, hay otros muchos lugares perdidos que nos harán preguntarnos si nos hallamos en otro planeta.
Uno de ellos es el desierto de los Pináculos (The Pinnacles), situado dentro de los límites del Parque Nacional de Nambung en Western Australia. Miles de formaciones calcáreas se levantan de la arena en formas esculpidas por el capricho del viento. Algunos son realmente pequeños otros miden metros. Un paisaje que parece salido de un cuadro surrealista.
 

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